lunes, 13 de febrero de 2012

Primeros días

Tras pasar casi una semana en Florencia puedo constatar que hice bien en no rechazar la plaza. La ciudad, pese a que me quede muchísimo por descubrir y por andar, es preciosa.

Ha sido la primera vez que el mapa de las calles de Firenze se ha convertido en mi verdadera brújula y guía (pese a que incluso con éste delante, he tenido que ir preguntando). Cuesta mucho escribir sobre algo que realmente no sabes lo que es ni cómo es, solo lo sientes y te dejas llevar: la libertad más desorientadora que jamás había experimentado. El no saber qué hacer porque lo puedes hacer todo.

Una pared en blanco, sin esquinas ni fondo, pero rebosante de frenesí e ilusiones.