viernes, 22 de julio de 2011

Una lucha con el corazón afligido



Puede resultar extraño o incluso molesto que haya obviado en este Blog todo el conjunto de acontecimientos heroicos de estos últimos meses. Incluso, el no escribir sobre ello me hace pensar que he sido egoísta en no usar las palabras como inyección para mi indignación, pero es que ha estas alturas, uno está tanto hasta los cojones, que ni escribir le hace inmune a sentirse un engañado.

Estamos destinados a formar parte de esta gran treta política por tierra y aire. ¿Sí, seguro? No jodamos, no voy a resignarme a escribir estas palabras y así, quedar libre toda culpa. Se ha podido ver desde el inicio de toda este nuevo "movimiento social" incubado el 15M, que el pueblo no está dormido, se ha quitado las musarañas y las ha cambiado por acciones. Se acabó la España de la pandereta y el botellón, las plazas se llenaron de jóvenes, adultos y ancianos que desafiaban cualquier etiqueta política, pues no contemplaban la existencia de fronteras ideológicas. Se acabaron las acampadas, pero no la lucha de la sociedad. Una retirada a tiempo siempre será una gran victoria.

Pero abandonemos el discursillo laxo sobre el 15M y centrémonos en el ahora. La indignación sigue, se están llevando a cabo acciones más cerradas en tiempo y espacio y están teniendo éxito. Este fin de semana se concentra la marcha indignada en Madrid. Por mucho que se niegue o se le de poca importancia, algo se sigue moviendo en el sueño español, en la calle: la consciencia social. 

No obstante, resulta una tarea ardua empaparse de tanto optimismo y mirar con ojos de visionario todo lo que a nuestro alrededor está sucediendo. Hay otra realidad aún más jodida y que te carcome paulativamente la ilusión.  El fascismo encubierto al que continuamos sometidos, que cuenta con armas muy sutiles para no ser desenmascarado. ¿Por qué se ha expedientado a las personas implicadas en el 15M? ¿Por qué no hay libertad de expresión? ¿Por qué se han pinchado teléfonos móviles? ¿Por qué no tiene nada que ver la teoría política con la práctica? ¿Qué coño estáis haciendo con nosotros?