sábado, 8 de enero de 2011

Hielo

Desolada, aturdida, enlatada en un sentimiento que no me deja ver más allá. Ni hacia delante, ni hacia atrás. Con un rumbo inerte, inmóvil, anodino. El viento golpea mi cara y mi pelo con más fuerza que nunca y yo sin darme cuenta, cuando el frío acostumbraba a hacerme sentir más viva, ahora son solo unas partículas más fuera de mi cosmos. En un chasquido de dedos todo el peso del mundo recae en mi cuerpo. Y no puedo avanzar, me he quedado petrificada ante el precipicio del abismo. Todo continua viviendo y sin embargo yo sigo aquí, contemplándolo todo, desde el subsuelo.

Y desde el subsuelo contemplo todo con ojos pequeños. Como si de una sala de proyección se tratara, veo y descubro aquello que éramos. Mientras tanto, siento como si miles de agujas se me clavasen una a una, paulatinamente, empapándome de una tristeza incondicional. Implacable. ¿Hacia dónde dirigirse?

Suena: Nantes - Beirut

2 comentarios:

  1. Trenca amb allò que et pretifica i deixa't emportar! M'encanta com escrius Marta!

    Et segueixo =)

    ResponderEliminar
  2. es más importante la voluntad de dirigirse y empezar a trazar un camino que encontrar hacía dónde ir.

    Per cert, m'encanta la cançó :)

    ResponderEliminar