Desolada, aturdida, enlatada en un sentimiento que no me deja ver más allá. Ni hacia delante, ni hacia atrás. Con un rumbo inerte, inmóvil, anodino. El viento golpea mi cara y mi pelo con más fuerza que nunca y yo sin darme cuenta, cuando el frío acostumbraba a hacerme sentir más viva, ahora son solo unas partículas más fuera de mi cosmos. En un chasquido de dedos todo el peso del mundo recae en mi cuerpo. Y no puedo avanzar, me he quedado petrificada ante el precipicio del abismo. Todo continua viviendo y sin embargo yo sigo aquí, contemplándolo todo, desde el subsuelo.
Y desde el subsuelo contemplo todo con ojos pequeños. Como si de una sala de proyección se tratara, veo y descubro aquello que éramos. Mientras tanto, siento como si miles de agujas se me clavasen una a una, paulatinamente, empapándome de una tristeza incondicional. Implacable. ¿Hacia dónde dirigirse?
Suena: Nantes - Beirut
Trenca amb allò que et pretifica i deixa't emportar! M'encanta com escrius Marta!
ResponderEliminarEt segueixo =)
es más importante la voluntad de dirigirse y empezar a trazar un camino que encontrar hacía dónde ir.
ResponderEliminarPer cert, m'encanta la cançó :)