viernes, 28 de octubre de 2011

Humo

Llevaba demasiado tiempo sin sentirme así. Ya lo echaba de menos. Sentirse una maldita montaña rusa, pensar que puedes quedarte colgada en cualquier curva, en cualquier desliz y zas! Se acabó lo que se daba. 


Puede parecer que me guste el sufrimiento, pero a veces, es una forma de darte cuenta que estás realmente viva, que puedes darte cuenta de todos los alfileres que te clava poquito a poco la vida y esgrimir en un pequeños suspiros tu dolor a la vez que sonríes de una manera alborozada, casi sin darte cuenta. Esta sensación me ha acompañado desde hace años y uno le coge cariño a sus imperfecciones y a sus congojas. 



¿Qué contrariedad, verdad? That's life.


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